Poza Rica, Ver.- Diversos sectores de la sociedad de Poza Rica han señalado al actual alcalde, Fernando Remes Garza, como el principal responsable de la creciente inseguridad y corrupción que han marcado su gestión durante los tres años al frente del municipio.
A pesar de las promesas de combatir ambos problemas, tanto la delincuencia como la violencia se han multiplicado, llegando a niveles alarmantes que han afectado profundamente a la población.
Desde el inicio de su gobierno, en el primer año de administración, Poza Rica vivió un repunte significativo en los índices de criminalidad, con un aumento en los casos de robos, secuestros y violencia generalizada.
En su tercer año de gobierno, la situación empeoró de manera dramática, hasta el punto de que funcionarios de su propia administración fueron víctimas de “levantones”, como el caso de José Lugo Dauzón, quien fue secuestrado y posteriormente amenazado.
Como resultado de este ataque, Lugo Dauzón se vio obligado a huir de Poza Rica y cerrar sus negocios, incluyendo su cadena de pastelerías Dauzón, tras recibir amenazas y tras la quema de una de sus camionetas, que llevaba la razón social de su empresa.
El clima de inseguridad se ha vuelto insostenible en la ciudad, lo que ha obligado a que tanto el Ejército como otros grupos de seguridad se asienten en Poza Rica con la esperanza de contener la creciente ola de violencia. Sin embargo, a pesar de la presencia de fuerzas federales y estatales, los actos delictivos no cesan y la situación sigue siendo crítica para los habitantes del municipio.
Varios ciudadanos y organizaciones locales han manifestado su descontento y preocupación, al señalar que Fernando “El Pulpo” Remes, como es conocido coloquialmente, es el principal responsable de la falta de acción efectiva para frenar estos dos graves problemas. La corrupción en su administración también ha sido un tema recurrente de críticas, al señalarse que la falta de transparencia y la ineficiencia en el manejo de los recursos públicos han permitido que la situación se agrave sin que se tomen medidas contundentes.
A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades de seguridad para intentar mitigar los efectos de la violencia y el crimen, los pozarricenses continúan viviendo con el temor constante de ser víctimas de la delincuencia. La falta de resultados tangibles en la gestión de Remes Garza ha generado una creciente desconfianza en las autoridades locales y un fuerte malestar entre los ciudadanos que demandan respuestas y soluciones urgentes.
Con este panorama, se han alzado voces de indignación que exigen una revisión profunda de las políticas de seguridad y de gobernanza en Poza Rica, así como una mayor rendición de cuentas por parte de las autoridades municipales. Los pozarricenses insisten en que, sin un cambio real en la administración y sin una estrategia efectiva contra la delincuencia, la situación de inseguridad y violencia seguirá deteriorando la calidad de vida en la ciudad.
Fernando Remes Garza, quien hasta el momento no ha dado respuestas claras ante las críticas y acusaciones en su contra, se enfrenta a una creciente presión social que exige medidas urgentes para recuperar la seguridad y la paz en Poza Rica. Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando que su gobierno asuma la responsabilidad de resolver los problemas que han marcado su gestión, con la esperanza de que la ciudad vuelva a ser un lugar seguro para vivir y trabajar.