Poza Rica, Ver.- En un claro reflejo de la política tradicional del PRI, el partido Morena y la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, realizaron una gira de trabajo de dos días por la zona norte de Veracruz, en medio del proceso electoral y la creciente violencia en la entidad.

La presidenta aprovechó la ocasión para anunciar el “rescate” de la industria petroquímica, la pavimentación de carreteras y la tan esperada planta de fertilizantes para los habitantes de Poza Rica, promesas que encendieron las expectativas locales.

Sin embargo, esta visita se percibe más como una maniobra mediática que como una solución real a los problemas que aquejan a los veracruzanos.

La rapidez con la que se organizó la gira, en un contexto de elecciones intensas y una notable lucha entre los carteles de la delincuencia organizada, plantea dudas sobre la genuinidad de estos anuncios.

Sheinbaum, al igual que su antecesor Andrés Manuel López Obrador, llegó a ofrecer “mejores condiciones de vida” para los veracruzanos, un discurso que ya suena repetido.

Las promesas realizadas por López Obrador en su campaña siguen sin cumplirse, lo que deja una sensación de frustración y desconfianza en los ciudadanos de Veracruz.

Este fin de semana, la presidenta de la República constató personalmente la grave situación de miseria y marginación que atraviesan los municipios de la zona norte, todos gobernados por Morena y bajo el marco de la Cuarta Transformación (4T).

La visita, más que un plan de acción, parece ser un intento de recuperar la simpatía de los votantes en un momento crítico para el partido, mientras la población continúa esperando soluciones tangibles a sus problemas.

Mientras tanto el tema de la planta de fertilizantes para Poza Rica es un tema muy trillado que solo ha servido de bandera política a Morena.

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