Poza Rica, Ver.- En un acto que ha dejado boquiabiertos a los habitantes de la ciudad, el alcalde Fernando Remes Garza, conocido como “El Pulpo”, ha sido señalado por financiar una opulenta boda para uno de sus hijos, en lo que parece una burla más hacia el pueblo que lo eligió para servirlo.
La celebración que tuvo lugar en uno de los hoteles más exclusivos de Poza Rica, contó con un derroche de lujo, incluyendo la llegada de los novios en una imponente Cyber Truck de Tesla, cuyo valor supera los 2.5 millones de pesos.
Este evento fastuoso ha generado indignación entre los ciudadanos, quienes ven con frustración como su alcalde disfruta de una vida de excesos, mientras la ciudad sigue siendo azotada por la inseguridad, la violencia y la pobreza.
En tres años de gobierno, Remes Garza ha manejado a su antojo más de 2 mil 100 millones de pesos del presupuesto municipal, lo que ha generado sospechas sobre el origen de su repentina y ostentosa riqueza.
Los habitantes de Poza Rica no solo se enfrentan a la creciente criminalidad, sino también a la falta de servicios básicos y al abandono de las colonias más vulnerables.
Mientras tanto, el alcalde parece haberse alejado completamente de las preocupaciones de la población, demostrando con su comportamiento que su gestión ha estado más enfocada en la acumulación de poder y dinero que en resolver los verdaderos problemas de la ciudad.
A pesar de las críticas y la creciente desaprobación, Fernando Remes Garza continúa disfrutando de una vida de lujos, mientras Poza Rica se hunde en el caos.
El derroche de recursos y la falta de resultados en su gobierno han llevado a muchos a cuestionar si, en efecto, el alcalde ha llegado a la cima gracias a los bolsillos de los pozarricenses.
Este episodio, lejos de ser un simple exceso, es la muestra palpable de un gobierno que ha puesto sus intereses personales por encima de las necesidades de la comunidad.
Poza Rica sigue esperando una administración que verdaderamente trabaje para el bienestar de su gente, y no para alimentar la vanidad y el poder de quienes dicen representarlos.
