CLAROSCUROS

José Luis Ortega Vidal

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Carlos Alberto Juárez Gil, secretario de Gobierno en Veracruz, cerrará la gestión junto a su jefe el gobernador Cuitláhuac García Jiménez.

El anuncio sobre la ratificación del discreto responsable de la política interna en la entidad, fue hecho el martes y con ello se acabaron dudas sobre una parte del destino de Eric Patrocinio Cisneros Burgos: no será más el número dos convertido a menudo en el número uno en la entidad que busca gobernar su compañera de partido Rocío Nahle García.

Los significados sobre esta decisión de Cuitláhuac García Jiménez son muchos y de alcance profundo.

A Carlos Alberto Juárez Gil le ha tocado el estallido de la bomba en Lerdo de Tejada y la masacre en Arroyo Zacate, municipio de Playa Vicente.

¿Por qué ratificarlo?

Una razón de peso resultaría de los antecedentes que otorgan líneas explicativas de los asesinatos del joven Brandon de Jesús Arellano Cruz y del líder ganadero Cristian Manuel Vázquez Feria: no se trata de hechos espontáneos, circunstanciales, marcados por decisiones institucionales de nuevo cuño…

En ambos casos existen antecedentes: decisiones políticas en torno al Ayuntamiento de Lerdo de Tejada, instrucciones policiacas, descuido de escenarios violentos incubados durante meses, años y marcados por quejas ventiladas una y otra vez en medios de comunicación.

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Playa Vicente es otro Lerdo de Tejada en potencia y al respecto hay cartas ciudadanas; por lo menos un libro titulado Democracia Violenta; noticias; acontecimientos que marcaron los comicios intermedios del 2021 y brincaron o continuaron durante el 2022 y 2023.

En Lerdo de Tejada el secuestro y desaparición de cuatro ciudadanos, realizado en el vecino pueblo de Ángel R. Cabada a manos de policías municipales lerdenses, se suscitó en el año 2020.

Desde entonces arrancó una secuencia donde Brandon de Jesús Arellano Cruz es la última víctima mortal -a manos de la policía estatal- pero el pueblo en general no ha dejado de padecer elementos de Estado fallido.

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Así las cosas, el gobernador estaría tomando la decisión de poner en Carlos Alberto Juárez Gil la responsabilidad de evitar nuevos Lerdos de Tejada y frenar crímenes como el de Playa Vicente.

También, desactivar bombas de violencia y poder y política y delincuencia colocadas en Poza Rica, Coatzacoalcos, la sierra de Papantla, Ciudad Mendoza, Córdoba, Tihuatlán, Omealca, Veracruz, Coatzintla, Las Choapas, Ciudad Isla, Tres Valles, San Juan Evangelista, Acayucan, Martínez de la Torre, Cazones de Herrera, Medellín de Bravo, Alvarado, Gutiérrez Zamora, Tecolutla, Sayula de Alemán, Texistepec, la sierra de Zongolica, Hidalgotitlán, la huasteca alta y la huasteca baja, entre otros municipios y regiones.

Aquí anoto poco más de diez por ciento de los 212 municipios veracruzanos; pero en el mapa donde están marcados los focos rojos de la entidad y que se ubica en la SG, aparecen más, muchos más, de norte a sur, del centro costero al centro montañoso de nuestro estado.

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El gobernador informó el mismo martes que la ratificación de Carlos Alberto Juárez Gil y el subsecretario Yair Ademar Domínguez Vázquez, se sujetó a la instrucción de no renunciar para ir por nuevos cargos públicos.

Resulta obvio que el ruido electorero dentro del gabinete estatal y la LXVI Legislatura ha marcado -para efectos de inestabilidad- la agenda sexenal veracruzana.

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No se podrán evitar otro Lerdo y otro Playa Vicente, sin el trabajo coordinado entre las fuerzas armadas federales, las fuerzas armadas estatales y municipales, las áreas de gobernación federal y estatal, los cuerpos edilicios y las oficinas de inteligencia en todos los niveles.

La estrategia debe ser el retorno al estricto quehacer gubernamental, a la esencia de trabajo político-político.

Debieron aprender el alto costo político y la tragedia social generados por intereses personales, por el desarrollo de carreras políticas montadas sobre el descuido de la responsabilidad otorgada desde la sociedad y el andamiaje del poder de Estado.

Una Secretaría de Gobierno que debió llegar madura y sólida al proceso de relevo del poder vía las elecciones de junio, está viviendo la ratificación de su titular en pleno invierno y a diez meses del adiós.

Carlos Alberto Juárez Gil tiene frente a sí un reto personal e institucional del más alto nivel: lograr que los comicios por venir transcurran en orden y estabilidad política, frenar la democracia violenta, evitar más muertes cuya culpa se vincula al gobierno.

Día con día, semana con semana, mes con mes, veremos su desempeño, a concluir el treinta de noviembre…

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