Poza Rica, Ver.- El director de Servicios Públicos, Roberto Hernández, y el alcalde Fernando Remes Garza están en el centro de la controversia, acusados de beneficiarse económicamente de un negocio millonario, mientras que las calles se encuentran inundadas de residuos.
Ciudadanos han expresado su indignación ante el mal servicio prestado por la empresa Discricar, que cobra al ayuntamiento casi 5 millones de pesos mensuales, sin que se refleje una mejora en la limpieza de la ciudad.
“La ciudad apesta a basura y los responsables solo piensan en sus ganancias”, denunciaron residentes afectados por la acumulación de desechos.
Por su parte, el regidor de Limpia, Víctor Manuel Benavidez Salas, ha sido calificado como un “títere” dentro del esquema de administración, actuando más como un adorno que como un verdadero representante de la comunidad.
Anteriormente, el exdirector Pierre Guerrero manejaba esta situación, pero ahora el descontento ha crecido ante la falta de acciones efectivas.
En medio de esta crisis, el alcalde Remes Garza ha sido criticado por priorizar gastos cuestionables, como los 16 millones de pesos invertidos en una ciclovía que muchos consideran un simple “nido de delincuentes” en lugar de utilizar esos recursos para adquirir nuevos camiones de basura, que son urgentemente necesarios.
La comunidad exige respuestas y soluciones inmediatas, ya que la falta de atención al problema de la basura se ha convertido en un tema crítico que afecta la calidad de vida de todos los habitantes.